Hay un dicho que reza: los niños ni los borrachos saben mentir. Yo ebrio si he dicho algunas cosas que sano no he podido, y he respondido algunas preguntas que me prometí no contestar sin pensarlo miles de veces ("te casarías conmigo?").
La fin de semana pasado estuve en Limaymanta visitando a la familia por varios motivos, del cual uno de los principales era el cumpleaños de mi madre el cual fue entre semana. Por este motivo le pedi a mi cuñada que haga que mi hija le llamara y saludara, cuando en un momento de la conversación mi madre le preguntó: cuando vienes a mi casa? y mi hija contesto: mi mama no quiere.
Quienes hayan pasado por esto entenderán que se armó un lío de gigantescas dimensiones. Quienes no les haya pasado les pido que hagan todo lo posible por evitarlo.
A veces me pregunto porque dejo a la tranquila Caxamarca, para volver a la realidad de los problemas de familia en Limaymanta. No es que no quiera pasarla con mi familia, sino que estoy algo cansado de los problemas, creo que he tenido muchos desde adolescente (prometo escribir un post sobre esto).
Ahora, la pregunta del millon: mi hija dijo la verdad?
Saludos
sábado, 25 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario